Las instituciones son indispensables para proteger a las poblaciones más vulnerables, son vitales para la movilidad social, el bienestar de todas las personas y el funcionamiento de nuestra democracia. Por ello, siempre en defensa del Estado Social de Derecho, es necesario plantearnos constantemente cómo se puede mejorar la forma en la que operan, cómo es posible acercarlas más a la ciudadanía, cómo deben ser más transparentes.
Para transformar la institucionalidad proponemos una discusión sobre ordenamiento territorial descentralizada que permita mayor cercanía a la ciudadanía, estrategias para garantizar la transparencia de las instituciones en la lucha contra la corrupción y velar por el cumplimiento eficiente y eficaz de su función en protección de la justicia social.